Third Sunday of Advent
SABBATH GUIDE
Third Sunday of Advent
https://bible.usccb.org/bible/readings/121122.cfm
“Those whom the LORD has ransomed will return and enter Zion singing, crowned with everlasting joy; they will meet with joy and gladness, sorrow and mourning will flee.” (Is 35:10)
John the Baptist had given his life to prepare the way of the Lord. He leaped for joy in his mother’s womb while in the presence of Mary and her unborn Son. Now, what joy he must have felt to hear the response that Jesus is the one for whom he had been waiting. John receives these words while in prison and is soon to be beheaded. He never sees the fulfillment of his work in this life, but simply serves and surrenders, and in that he finds joy. There are other examples of this in Scripture. The prophets of the Old Testament did not live to see the coming of the Messiah that they had foretold. Moses never entered the Promised Land after leading the Israelites out of slavery and into the desert. St. Joseph most likely did not live to see Jesus begin His public ministry. Yet, each strove to faithfully serve God, to accomplish what He was asking of them to the best of their ability. Are we also able to find joy in fulfilling the calling God is asking of us even if in this life we are never able to fully see the results? Are we able to persevere each day through whatever circumstances we face? John found joy even in prison when hearing the good news from Jesus. In whatever circumstances we find ourselves, may we also be filled with joy at the Good News of the coming of Jesus Christ.
Right now where are you finding joy?
Is there something God is asking of you that you are finding hard to do? Or something you have been doing but you feel like you are not seeing the results?
What is a concrete choice you could make to find joy, no matter the circumstances? Is there something you could do to help others find joy, as well?
GUÍA DOMINICAL
“Volverán a casa los rescatados por el Señor, vendrán a Sión con cánticos de júbilo, coronados de perpetua alegría; serán su escolta el gozo y la dicha, porque la pena y la aflicción habrán terminado.” (Is 35,10)
Juan el Bautista había dado su vida para preparar el camino del Señor. Saltó de gozo en el vientre de su madre, en presencia de María y de su Hijo no nacido. Qué alegría debió sentir al oír la respuesta de que Jesús es aquel a quien había estado esperando. Juan recibe estas palabras mientras se encuentra encarcelado y pronto será decapitado. Nunca llega a ver el cumplimiento de su trabajo en vida, sino que simplemente sirve y se entrega, y al hacerlo encuentra la alegría. Hay más ejemplos en la Escritura. Los profetas del Antiguo Testamento no vivieron para ver la llegada del Mesías que habían anunciado. Moisés no llegó a entrar en la Tierra Prometida después de sacar a los israelitas de la esclavitud y del desierto. San José probablemente no vivió para ver a Jesús comenzar su ministerio público. Sin embargo, cada uno de ellos se esforzó por servir fielmente a Dios, por cumplir lo que Él les pedía de la mejor manera posible. ¿Nosotros también somos capaces de encontrar la alegría en el cumplimiento del llamado que Dios nos hace, aunque nunca podamos ver los frutos en esta vida? ¿Somos capaces de seguir luchando cada día a pesar de las circunstancias a las que nos enfrentamos? Juan encontró la alegría incluso en la cárcel al escuchar las buenas nuevas de Jesús. Sea cual sea la circunstancia en la que nos encontremos, que podamos también llenarnos de alegría ante la Buena Nueva de la venida de Jesucristo.
¿Dónde encuentras tu alegría en este momento?
¿Hay algo que Dios te pide que te cuesta hacer? ¿O algo que has estado haciendo pero sientes que no estás viendo los frutos?
¿Qué decisión concreta podrías tomar para encontrar alegría, sin importar las circunstancias? ¿Hay algo que puedas hacer para ayudar a otros a encontrar la alegría?